#CubaHoyEconómicas

La república restaurada y la inversión extranjera en turismo.

Por Germán González 


Un día como hoy, cuando todos los medios nos recuerdan el asesinato "legal" de ocho estudiantes de medicina durante la etapa colonial, es bueno recordar que no fue ese el único hecho inusualmente cruel perpetrado por el colonialismo español en Cuba.


Otros acontecimientos iguales o peores por su alcance ocurrieron durante nuestra historia como colonia española y que la fuerza de la costumbre ha embotado el horror que debieran despertar.


Condena a muerte, exilio  y persecución extra fronteras a "quién primero nos enseñó a pensar"; el presidio político sufrido por miles incluído niños como José Martí quien lo describió para la posteridad en todo su horror; el fusilamiento in situ de combatientes y expedicionarios como los del vapor Galvanic...


Y el intento de exterminio de la población que constituyó la política de reconcentración llevada a cabo por Valeriano Weyler, ni siquiera recordada en efemerides, sin fecha conmemorativa pues se aplicó durante más de un año dejando un número de víctimas que oscila entre 160 mil, 10% de la población total y 400 mil.


Instaurada la República a los españoles residentes se le ofreció hasta la ciudadanía cubana y llegaron casi un millón como inmigrantes durante las primeras tres décadas.


 Los cubanos tenemos corta memoria


Luego de 1959 el dictador español Francisco Franco ofreció apoyo al régimen, concedió créditos solo superados por los soviéticos, posteriormente Rajoy como Presidente del gobierno condonó y reconvirtió las deudas resultantes y los gobiernos españoles todos, con la excepción de Aznar, han liderado e impulsado la condescendiente relación de la Unión Europea con el régimen de Cuba.


Pero el tema central de estás meditaciones es la actitud colaboracionista de los empresarios españoles con el régimen, fundamentalmente pero no las únicas, las empresas hoteleras, cómplices del despojo que significa el pago al estado de la nómina en divisas cuando este último para en la devaluada moneda nacional a los trabajadores.


Por todo esto una de las primeras tareas de un gobierno de no- continuidad deberá ser la revisión de los contratos de GAESA (transparentes como una lámina de plomo) con las compañías extranjeras, fundamentalmente las españolas, su cancelación y procurar fórmulas de asociación con otras compañías, de lo cual existen experiencias de la época republicana.


Esta vez no sería sano para nuestro futuro ser olvidadizos.





Fotos víctimas de la reconcentración tomadas de Wikipedia 


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