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NEPAL, LA VIOLENCIA Y EL CIERRE AL CAMBIO EN CUBA

Por Dagoberto Valdés Hernández 

Lunes, 15 de septiembre de 2025.


Cada vez más frecuentemente, recibimos noticias de actos agresivos y violentos. La lista es larga, pero solo vamos a mencionar aquí algunos de ellos: la caída violenta del comunismo en Nepal, la muerte violenta del joven conservador en Utah, la agresión, antes, de Rusia a Ucrania y ahora al espacio aéreo de Polonia. Pero también la violencia desatada por Hamas que ha provocado una violenta respuesta por parte del agredido. La huida del dictador de Siria y la guerra contra la producción del arma nuclear en Irán. La lista sería interminable, de parte y parte.


*Aprender de los acontecimientos*


Debemos aprender de los acontecimientos. Cada hecho violento tiene sus causas profundas y sus consecuencias, muchas veces indeseables. Pero siempre son aleccionadores. Aprender de la historia pasada y reciente, puede evitar males mayores.


No entraré en el análisis de cada acontecer, pero hoy quisiera sacar algunas moralejas de los diferentes tipos de violencias a las que estamos asistiendo y que son una grave advertencia para toda la humanidad y para Cuba hoy:


1. La violencia es fruto de la cerrazón. “Quien cierra el paso al cambio en paz, abre la puerta a la violencia”. Este fue el título de un editorial publicado en el No. 55 de la revista Vitral, correspondiente a mayo-junio de 2003, ¡hace 22 años! Hoy no solo mantiene toda su vigencia, sino que adquiere cada vez mayor urgencia. El tiempo se acaba. En este editorial se deja clara la lección de que la raíz, la causa profunda de la violencia, es la cerrazón al cambio que hace muchos años venimos advirtiendo como necesario y muy urgente. El Sr. Obispo de Pinar del Río, Mons. Juan de Dios Hernández, pidió en su predicación del día de la Caridad del Cobre que dejáramos, por ese día, la justificada queja por todos los sufrimientos que estamos pasando, “para fijar nuestra mirada en la Virgen de la Caridad, Madre y Patrona de Cuba, para pedirle una sola cosa: el cambio. Así no podemos seguir”, expresó.


2. La violencia es también fruto del fanatismo. En efecto, cuando se fomenta la lucha de clases, cuando se encona la crispación, cuando se va abusando de la paciencia del pueblo, cuando se usa la mentira para ganar tiempo, cuando se desvía la atención de la raíz de todos los males y cuando se expresa que “la orden de combate está dada”, todo ello azuza a la violencia, incita a los violentos.


3. La violencia es fruto del odio y la venganza acumulados. Durante años se ha creído que es posible “estirar la soga sin que se parta”. Un día la soga de la paciencia y la resistencia del pueblo llega a su fin y se “parte” provocando una violencia que nadie quiere. Quienes obvian que el odio es fruto de la injusticia acumulada durante décadas; y quienes obvian que el ser humano llevado al límite, tiende a la venganza despiadada, son responsables de las fatales consecuencias que pueda desencadenar la violencia, como hemos visto en Nepal.


Cuba no debe caer en la espiral de la violencia. Todos debemos hacer un examen de conciencia, viendo qué es lo que hacemos, o dejamos de hacer, para abrir el paso al cambio en paz y para cerrarle la puerta a la violencia.


Cuba debe cultivar la tolerancia, el civismo, la amistad cívica.


Los responsables de los destinos de la nación deben evitar todo fanatismo, toda discriminación y toda venganza. Nunca jamás se debería dar la orden para combatir entre compatriotas.


En Cuba no debe jugarse con la paciencia del pueblo. No debe “estirarse la soga” porque un día se rompe por el lado más débil.


Atajemos las causas que provocan la violencia y la muerte.


Promovamos el cambio en paz y una reconstrucción rápida, eficaz y futurista, de nuestra Patria.


Hasta el próximo lunes si Dios quiere.



Imagen de Centro Convivencia 

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