#CubaHoyVoces

"Silvio y el Almamater: estrategia del poder para conquistar a la juventud"

Por: Juan Manuel Moreno Borrego


El concierto de Silvio Rodríguez en la Universidad de La Habana no fue un gesto espontáneo ni un simple reencuentro con la música. Fue una puesta en escena cuidadosamente diseñada, cargada de simbolismo político. La elección de la escalinata universitaria y la imponente presencia del Alma Mater al fondo dejan claro el objetivo: hablarle a los jóvenes, interpelarlos desde un espacio que encarna la historia de la Revolución y sus relatos fundacionales.


A sus casi 79 años, Silvio no regresó a ese escenario por casualidad. Lo hizo acompañado por la primera fila presidencial de Miguel Díaz-Canel, en un momento de crisis económica y social donde el gobierno busca desesperadamente un puente hacia una generación distante de los códigos de la trova. La juventud cubana consume otros ritmos, otros lenguajes, y está marcada por una precariedad que hace que el discurso épico de la Nueva Trova parezca cada vez más ajeno.


El contexto no podía ser más revelador: mientras gran parte de La Habana permanecía a oscuras por los apagones, el concierto se iluminaba gracias a generadores eléctricos. Una metáfora brutal de la Cuba actual: el poder proyectando luz sobre sí mismo, aunque sea prestada, mientras la vida cotidiana de los ciudadanos permanece en penumbras.


Silvio, fiel a su compromiso político, no evitó los grandes temas: habló de Palestina, citó poetas cubanos y reforzó la idea de continuidad de un proyecto cultural inseparable del poder. Pero la intención iba más allá de la música: era un intento de tender un hilo narrativo hacia los jóvenes, de recordarles que la Revolución aún pretende hablar en nombre del futuro.


Las lecturas se polarizan. Para algunos, fue un gesto desesperado, casi agónico, de un régimen que necesita validarse a través de sus símbolos culturales más sólidos. Para otros, especialmente los estudiantes que vivieron la velada con emoción, fue un momento histórico: la oportunidad de escuchar a un ícono en un escenario cargado de memoria.


La pregunta queda abierta: ¿logró el gobierno, a través de Silvio y del Alma Mater, reconectar con una juventud que parece mirar hacia otros horizontes? O, por el contrario, ¿fue apenas un recordatorio de que el poder recurre a la nostalgia para sostener un relato que ya no convence?


En cualquier caso, la escalinata no fue solo un escenario musical, sino un teatro político donde se escenificó la lucha por la legitimidad en un país que se debate entre la épica revolucionaria y la crisis cotidiana.


#CubaHoy #SilvioRodríguez #UniversidadDeLaHabana #AlmaMater #TrovaCubana #JuventudCubana #CulturaYCrisis #CubaActual #CanciónProtesta #Opinión



Comentarios

Entradas populares de este blog