EL "NON PLUS ULTRA" DE CUBA
Por Dagoberto Valdés Hernández
Lunes, 29 de septiembre de 2025
Un gran amigo, y apasionado martiano, me invitó a visitarlo en Valladolid con motivo de haber venido yo a España a recibir la Medalla doctoral de miembro del Claustro de Doctores de la Universidad Francisco de Vitoria.
A poca distancia de la estación de trenes nos lleva a un magnificente monumento dedicado a Cristóbal Colón en el paseo de la Acera de los Recoletos. Allí me explica, con sus proverbiales elocuencia y sapiencia, que este monumento había sido creado para ser puesto al inicio de la calle Paseo en La Habana donde hoy está la estatua de la India, y que fue a Cuba y regresó a España, al cesar su dominio sobre la caribeña provincia de Ultramar en 1898. Nunca fue instalado en la Isla.
La suculenta descripción del conjunto escultórico destaca las cuatro figuras humanas de su base que representan: la historia, la náutica, el estudio y el valor, que pone como columnas aquellos valores fundamentales en los que se basó el Almirante para su viaje a la América. Sobre el pedestal, a los pies de Colón, se asienta una esfera del globo terráqueo que simboliza las posesiones del Imperio español a lo largo de todo el mundo. Dicho globo está orlado con una cinta con el lema “Non Plus Ultra”, lema que hacía referencia hasta el siglo XVI al final de mundo situado en la península ibérica. Sin embargo, un león aparece rasgando el “Non” del lema, simbolizando que allí no terminaba todo sino que se había encontrado un “más allá”, un “nuevo mundo”. En lo alto de todo aparece Colón arrodillado en la “tierra nueva” y, detrás de él, respaldándolo, animándolo, inspirándolo, como empujándolo hacia la esperanza, erguida, con un velo broncíneo sobre sus ojos, se alza la virtud de la Fe que enarbola la cruz de Cristo en su mano derecha y el cáliz en su mano izquierda.
*La “tierra nueva” de Cuba: un plus más allá*
Mientras el anfitrión disertaba sobre la egregia obra del escultor sevillano Antonio Susillo Fernández (1855-1896) que es considerado el mejor escultor sevillano del último cuarto del siglo XIX, mi mente y mi alma se fueron escapando de la piedra y el bronce. Y, como si fuera construyendo una paráfrasis del monumento al Almirante, fui trasladando una copia del mismo al Paseo del Prado habanero, pero resignificando sus símbolos y esculturas:
1.La más impactante: la garra del león coronado que destruye la palabra “Non” para cambiar la frase latina del “Non Plus Ultra” (“No hay nada más”) después del mundo conocido, por la frase “Plus Ultra” (Hay algo más allá). Y yo pensé que con esa energía y coraje del león que el pueblo cubano lleva dentro, será capaz de convertir este presente que parece convencernos de que “no hay nada” después de la destrucción de Cuba por este régimen, en “una tierra nueva” que ciertamente descubriremos y edificaremos.
Que el alma dañada de nuestro pueblo tiene dentro de sí misma la “Imago Dei” (la imagen de Dios) que nos hinchará nuevamente nuestras velas hacia la libertad, la democracia la prosperidad. Sí, para Cuba habrá un mañana tan bello como aquella “tierra, la más hermosa que ojos humanos vieron”. Este “mar” tenebroso que es nuestra realidad actual, en cuyos confines horribles hemos conocido al monstruo marino del Leviatán, que es el Estado totalitario, no es, ni será el fin del mundo, el “Non Plus Ultra”. Estoy convencido que, tras esta larga travesía inenarrable de 66 años, reconstruiremos “una tierra nueva y un cielo nuevo” como Hogar Nacional para todos los cubanos.
2.Sin embargo, al escuchar la descripción de las cuatro figuras humanas que conforman los pilares de esta epopeya y, sobre todo, al mirar hacia arriba, siempre las gestas requieren mirada alta, pienso en Cuba.
En efecto, habrá una nueva República, pero esta solo podrá edificarse sobre esos cuatro valores-pilares de la libertad:
La Historia: porque es necesario recuperar la memoria histórica y aprender de ella para, nunca más, caer en los mismos errores.
La Náutica: símbolo del comercio, del mercado, de una economía abierta al mundo e insertada en sus singladuras. Es necesario cambiar hacia una economía social de mercado sobre la cual edificar la nueva Cuba.
El Estudio: Cuba necesita un nuevo sistema de educación basado en los valores fundacionales de Varela y de Martí. El daño antropológico solo se curará con formación y espiritualidad, especialmente afincándonos en una sistemática formación ética, cívica y religiosa.
El Valor: Cuba debe cultivar el valor sin violencia, la audacia sin odio, el coraje sin rencor. Valor con justicia y con perdón. Audacia con magnanimidad y reconciliación. Coraje con Verdad y Amor.
3.Y, por encima de todo, como decía Martí: un pueblo necesita ser religioso… porque sino nada en él alimenta la virtud. Pues, por eso, en lo más alto de la reconstrucción de Cuba, alcemos la fe de nuestros padres fundadores que gestaron a Cuba con la cruz en una mano y el cáliz del Sacrificio y el Amor en la otra.
Cuba tendrá ese futuro, estoy seguro, porque creo en Dios. Estoy seguro porque creo en la Imagen de Dios que tenemos esculpida, en el alma, todos los cubanos.
Hasta el próximo lunes, si Dios quiere.
Imagen de Centro de Convivencias
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