"La Gran Farsa Humanitaria de Cuba: Cómo el Régimen Manipula al Mundo"

El régimen cubano ha anunciado la creación de una Comisión de Derecho Internacional Humanitario con el respaldo de entidades extranjeras que, en lugar de denunciar la represión, se prestan para reforzar su narrativa oficial. Este tipo de iniciativas son presentadas como avances institucionales, cuando en realidad forman parte de una maquinaria bien diseñada para encubrir violaciones sistemáticas de derechos humanos. En vez de proteger al pueblo cubano, estas comisiones sirven para silenciar denuncias, lavar la imagen del gobierno y desviar la atención internacional de la grave crisis interna.

Detrás de esta red de propaganda se mueven ONGs alineadas con el régimen, diplomáticos complacientes, embajadas extranjeras con agendas ambiguas y foros internacionales que repiten sin cuestionar los discursos oficiales. Cuba utiliza estos espacios para vender logros "humanitarios" que no resisten un análisis serio, mientras reprime a activistas, censura a la prensa independiente y sumerge al país en una pobreza extrema sin precedentes. Diplomáticos como Mike Hammer incomodan porque representan una política clara de derechos humanos, transparencia y compromiso con los pueblos, no con sus dictadores.

El pueblo cubano no necesita comisiones controladas por el régimen: necesita libertad, justicia y verdad. El mundo tiene la obligación de mirar más allá de la propaganda y escuchar las voces silenciadas por la represión. Blanquear la dictadura no es neutralidad: es complicidad.

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