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“Dictaduras Unidas: Cómo los BRICS Blindan la Represión”

Por: Juan Manuel Moreno Borrego 

La XVII Cumbre de los BRICS celebrada en Río de Janeiro ha sido vendida como una celebración del multilateralismo y la cooperación del Sur Global. Pero tras los discursos cuidadosamente redactados, lo que realmente quedó expuesto es un fenómeno alarmante: la consolidación de una alianza entre Estados que priorizan el poder sobre los derechos, la impunidad sobre la justicia, y el control estatal sobre la libertad ciudadana.

Bajo la retórica de soberanía y respeto mutuo, se esconde un blindaje compartido contra cualquier forma de rendición de cuentas. El mensaje es claro: mientras controles el Estado, puedes hacer lo que quieras. Represión, censura, corrupción, persecución política: todo queda cubierto por el manto del reconocimiento internacional.

"Rusia: poder sin escrutinio"

Rusia fue tratada como una potencia legítima, aunque Vladimir Putin ni siquiera viajó por temor a ser detenido por crímenes de guerra. Con más de dos décadas de autoritarismo, represión de disidentes y violaciones flagrantes del derecho internacional, el Kremlin sigue ocupando un lugar de honor en el foro. La centralización del poder no solo no se castiga, sino que se celebra.

"Cuba: el apartheid ideológico del Caribe"

Cuba, con más de 1100 presos políticos y un sistema que discrimina a sus ciudadanos por razones ideológicas, fue recibida como un “socio estratégico” del BRICS. Ninguna mención a la represión, a la censura, ni a la sistemática persecución de quienes disienten del régimen. Mientras la isla se ahoga en crisis y represión, sus líderes son agasajados como si representaran a un pueblo libre.

"La gran estafa del multilateralismo"

El multilateralismo sin ética es una estafa. La ampliación de BRICS a 11 miembros podría haber sido una oportunidad para reimaginar la cooperación global desde una lógica más equitativa. En lugar de eso, se está construyendo un bloque que usa la soberanía como escudo para proteger a regímenes autoritarios. Un club de Estados que se legitiman entre sí, sin cuestionamientos, sin transparencia, sin pueblo.

"El Estado como trinchera del abuso"

Este nuevo “orden alternativo” que se proclama desde el Sur Global no es más que una fachada si no incluye mecanismos de rendición de cuentas. La legitimidad democrática no puede basarse únicamente en el control del aparato estatal. Si los BRICS quieren ser algo más que una alianza de conveniencia entre autócratas, deben incluir a la sociedad civil, a los movimientos ciudadanos, a las voces que luchan por libertad desde abajo.

Conclusión: cuando el Estado se convierte en cómplice, el pueblo queda a merced del poder.

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