"Termoeléctricas en Cuba: ¿Crisis real o ciclo de irresponsabilidad?"
En los últimos años, el sistema energético cubano ha estado sumido en una crisis casi permanente. Los apagones se han convertido en parte del día a día de los ciudadanos, y el argumento oficial siempre apunta a lo mismo: falta de combustible, roturas imprevistas en las termoeléctricas o problemas financieros para mantenerlas operativas. Pero ¿es esto totalmente cierto? ¿O estamos ante un ciclo de ineficiencia, mala gestión y falta de transparencia?
"Escasez de petróleo: realidad a medias"
El gobierno cubano insiste en que la escasez de combustible es una de las principales razones de la inestabilidad energética. Sin embargo, informes independientes y análisis económicos apuntan a que, si bien hay restricciones, no son tan absolutas como se afirma. Las prioridades del uso del petróleo disponible no siempre benefician al sistema eléctrico nacional. Mientras las termoeléctricas colapsan, ciertos sectores mantienen un suministro estable, lo que evidencia una distribución desigual más que una falta total.
"¿No hay dinero para reparar?"
Otra justificación habitual es la falta de fondos. No obstante, el gobierno ha demostrado tener capacidad financiera para sostener megaproyectos hoteleros y actividades turísticas de lujo. Entonces, ¿por qué no se destinan los recursos necesarios al mantenimiento energético básico del país?
La respuesta parece estar en una combinación de prioridades estatales desalineadas con las necesidades reales de la población, y en una gestión que prefiere apagar fuegos en vez de prevenirlos. Las termoeléctricas siguen operando con tecnología obsoleta, sin un plan real de modernización o inversión sostenible.
"Roturas en cadena: el caso emblemático de Felton"
Un ejemplo ilustrativo es la Central Termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, más conocida como Felton, en Holguín. Esta planta ha sido protagonista de múltiples anuncios oficiales de "reparación exitosa", seguidos, casi de inmediato, por nuevos reportes de fallos.
En agosto de 2023, tras una parada por mantenimiento, Felton entró en funcionamiento y apenas dos días después volvió a salir del sistema por una rotura en la caldera. Lo mismo ocurrió en enero de 2024: se reportó su reincorporación con bombos y platillos, pero en menos de 72 horas quedó nuevamente fuera de servicio. Este patrón se repite en otras plantas como la Antonio Guiteras en Matanzas y la Ernesto Guevara en Santa Cruz del Norte.
Estas reincidencias no solo generan desconfianza, sino que también reflejan una realidad incómoda: no se trata solo de roturas técnicas, sino de un modelo de mantenimiento fallido, improvisado y posiblemente corrupto.
" No es solo crisis, es negligencia"
Decir que la situación energética cubana se debe exclusivamente a la escasez de petróleo o a la falta de fondos es simplificar en exceso una realidad mucho más compleja. Las roturas frecuentes, la falta de inversión estructural, la mala asignación de prioridades y la opacidad informativa apuntan a un problema mucho más profundo: una combinación peligrosa de negligencia, desidia y desinterés por las necesidades reales del pueblo cubano.
Los ciudadanos merecen respuestas sinceras, planes reales y resultados, no promesas recicladas ni excusas eternas.
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